Relatos Dreamers

     El recepcionista del Gotham Plaza levantó la vista del periódico. ¿De verdad era él?
-¿Señor?- preguntó.
-Lee Cliff- dijo el ladrón-. Tengo una habitación reservada, cortesía del señor Bruce Wayne.
     Mientras el recepcionista comprobaba la reserva, el ladrón se miró en un espejo decorativo. Era la primera vez que se disfrazaba de Lee, y confiaba en que fuese también la última. No obstante tenía que reconocer que como primer intento no le había quedado nada mal.
-Aquí tengo la reserva, señor Cliff. Su habitación es la mil treinta y dos. Está en la décima planta.
     El ladrón cogió la llave. Décima planta. Una habitación alta para un escalador.
-Si me lo permite, señor- añadió el recepcionista-, le vi anoche por la tele. Estuvo usted magnífico.
-Me lo dicen mucho- respondió el ladrón con una sonrisa de fingida falsa modestia.
-¿Cree que podría firmarme un autógrafo?
     Un auténtico fan de Lee, desde luego. El ladrón decidió que su amigo se merecía al menos la oportunidad de firmar sus propios autógrafos.
-¿Le importa que se lo firme mañana? La verdad es que vengo muy cansado y me gustaría irme a descansar cuanto antes.
-Por supuesto, señor. ¿Necesita que le acompañe un botones con su equipaje?
-No, gracias, sólo llevo estas dos maletas.
     El ladrón se despidió del recepcionista y cogió el ascensor. Décima planta. Perfecto para sus planes.
     Sólo esperaba que el gas fuese efectivo durante el tiempo necesario. Había dejado a Lee en su habitación en el Ritz Gotham. Le dolía tener que hacerle esto, pero era por su propio bien.

(Todos los personajes que aparecen aquí, salvo como mucho Lee, son míos. PAGADME! ENSÉÑAME LA PASTA!!)